
Eso decía yo en un poema de "Centinelas". Y es que Pablo me regaló una Sheaffer, de plástico negro, muy ligera, con oro recubriendo su plumín. No diré que empecé a escribir por su regalo, pues ya escribía yo –torpe y entusiasta, como es lo natural– cuando nos conocimos; pero si diré que sin él no hubiera escrito del modo en que lo hicimos a partir de entonces. Como si la pluma fuera el fusil del centinela, esperando la aurora y el grito salvador de la caballería.
Su próximo libro saldrá pronto, en Adonais, porque le han concedido un accésit del prestigioso Premio. Como a mí, hace tres años. Hermanos de accésit. Un símbolo más. Pasa el tiempo, los funerales y las bodas, y el viento arrastra hacia el pasado la hojarasca de las anécdotas y las personas que ya no están. Pero hay tierra firme, y amigos que miran el mismo río y dicen: "'¡vaya! ¿tú también? ¡Cuánto me alegro!".
http://www.europapress.es/00273/20071217171424/teresa-soto-diego-vaya-pablo-moreno-ganadores-premios-adonais-2007.html