Nota bio-bibliográfica

23 de mayo de 2007

Pedro y Carlos y la madre que los parió

Tengo un amigo que se llama Pedro. Es autor de canciones, sobre todo, y lector de mis versos, entusiasta, pertinaz y de los que te suben la moral aprendiéndose algunos. Y autor no de unas cuantas canciones, no, sino de mil, o más, y todas buenas (no exagero). Pero es tan gentil que, cada vez que estamos con la guitarra, me pide que le cante una mía que le gusta mucho. Él es así, tiene la virtud de ser cantautor pero no aburrido ni derrotista: nada de "aunque tú no lo sepas, he dormido en el coche". No cree en la soledad mi amigo Pedro.
Pedro tiene un amigo que se llama Carlos, y se da la feliz coincidencia de que es muy amigo mío también; filósofo él, su entusiasmo es más melancólico y cariacontecido, ceño fruncido a lo James Dean, gesto aparentemente cínico como Woody Allen, animado conversador de filosofías de café o cerveza tardía, admirador de Ortega y Gasset -de los dos-, y el mejor músico que he conocido nunca (en persona). Además tiene una novia que es más linda que un amanecer. Hemos compartido escenario, él, Pedro, unos cuantos más de los que hablaré otro día, y yo. Compartir escenario con gente así es uno de esos regalos de la vida por los que creo en Dios. Sólo una infinita y certera bondad puede hacer posibles concordancias tales, afinidades así, del corazón y de los ojos, del oído y la inteligencia.

Si vivir es caminar, yo al menos no dejaré solo mis huellas en la triste arena. Dejaremos unas cuantas, arrebujadas, confusas, bailarinas y felices. Y lagrimas también, por supuesto, convertidas en música, transustanciadas. ¡Vivan mis amigos!. Como dijo aquella mujer a Jesús de Nazareth: ¡Bendita sea la madre que los llevó en el vientre y los senos que los amamantaron! (Lo que en sevillano significa: Viva la madre que los parió).

9 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

¡Este texto la pucha que emociona!
Saludos.

Anónimo dijo...

No os conozco, pero cuánta Alegría transmite tu entrada. Es más, cómo sabes agrader el ir acompañado en el camino.
¡Viva la madre que os parió a tòs!

Fernando do Vale dijo...

Qué envidia, subir al escenario para dejarse la piel tocando un instrumento. Qué lastima no ser Ella Fitzgerald para cantar mejor esta impotencia.

Anónimo dijo...

Bueno!!!! Pero que BONITURA!!!! ;)
Amigos, gran tesoro.
Hay un texto muy lindo que se llama "El Arbol de los Amigos", algunos lo atribuyen a Jorge Luis Borges, pero he visto por ahí que es incorrecto y su verdadero autor es el viejo y querido "Anónimo".
Si nunca lo leiste, leelo, que te va a gustar mucho.
Eso de las huellas en la playa... que lindo que es... y no olvidarse que junto con las nuestras y las de nuestros amigos que nos acompañan, están las de Jesús; nuestro mejor amigo. (Como dice en el texto de otro gran Anónimo, atribuido en este caso, a la Madre Teresa de Calcuta)
Da gusto leer cosas tan optimistas y alegres como las tuyas. Traen a la memoria recuerdos agradables y provocan sonrisas suaves de nostalgia. Y qué hay más hermoso que lograr que alguien sonria?

Jesús Beades dijo...

¡Lograr que alguien se ría a carcajadas! Es aún mejor.

Anónimo dijo...

Claro que sí. Pero... depende del momento y la circunstancia a veces una leve sonrisa es todo un logro.

Anónimo dijo...

Olé la madre que te parió a ti, que cosa más bonita de entrada. Plas, plas, plas!!!

Corina Dávalos dijo...

Plas,plas,plas. ¡Dan ganas de veros en acción en un escenario, porque no sólo sonará la música, seguro que además se palpa esa corriente de amistad que hace que todo lo demás resplandezca en armonías.¡que viva!

Anónimo dijo...

Como dijeron esos grandes poetas del rock que son AC/DC: "it´s a long way to the top if you wanna rock and roll"... por eso es conveniente tener siempre cerca a gente como Jesús...