Nota bio-bibliográfica

11 de mayo de 2006

Reforma y Contrarreforma


La fractura de Occidente ¿es culpa de las naciones reformistas, de Lutero, del Papa con sus ejércitos, o de la Iglesia por no haber cogido el toro por los cuernos a su debido tiempo?

Uno de los efectos positivos de la Reforma es la herida que causó a la prepotencia papal, que, aún contrarreformando -es decir: reaccionando-, ya no sería lo mismo.

“¿En dónde consta que el tema de la salvación debe asociarse únicamente con las religiones? ¿No habría que abordarlo, de manera mucho más diferenciada, a partir de la totalidad de la existencia humana? ¿Y no debe seguir guiándonos siempre el supremo respeto hacia el misterio de la acción de Dios? ¿Tendremos que inventar necesariamente una teoría acerca de cómo Dios es capaz de salvar, sin perjudicar en nada la singularidad única de Cristo?”.

De “Fe, verdad y tolerancia. El cristianismo y las religiones del mundo" de Joseph Ratzinger.

¡Anda que no hay distancia entre este texto y el símbolo atanasiano (quicumque)*!:

"1. Todo el que quiera salvarse, es preciso ante todo que profese la fe católica.
2. Pues quien no la observe íntegra y sin tacha, sin duda alguna perecerá eternamente.(...)"

Esa distancia, ese esfuerzo de la teología por pasar de una posición de poder a ser un servicio al hombre (la teología es la verdad eterna traducida al lenguaje de cada tiempo, que decía Balthasar), es posible gracias a un proceso que comienza con el Cisma de Lutero, que puso el dedo en dolorosas llagas, aunque fuera un fanático (antisemita por cierto). Es sospechosamente simple ese planteamiento de: Reforma-los malos, Contrarreforma-los buenos, que sacaron algo de bien de ese mal, porque Dios estaba de su parte. Omnia in bonum, etc, y todos tan contentos.

Desde el punto de vista de la Teología, la dicotomía Fe-obras (el nervio del Cisma) es de gran provecho para nosotros, pues nos recuerda el continuo peligro de cosificación de la Fe, de cuantificar el Bien: a más obras buenas (limosnas, jaculatorias, ratos de oración), más Gloria futura. Olvidando que "misericordia quiero, y no sacrificios". Y también lo de Chesterton: "Dios sólo sabe contar hasta uno".

Y la unidad de Europa (incluso de España) no es un bien absoluto, que pueda medir la bondad de una reforma en la Iglesia. "Un sólo Señor, una sola Fe" no significa "una misma comunidad cultural". Aunque entiendo que, teniendo al Turco levantisco, se añore un poco de espíritu cruzado. Joaquín Moreno apuntaba una gran verdad: "Mientras la Iglesia sea crisis, se sienta amenazada, o tenga la sensación de tener que empezar de nuevo, las reformas necesarias podrán irse resolviendo en ella con cierta puntualidad, como en los Hechos." Lo peor para Pedro es recordar de continuo que se le confió el rebaño, y olvidar que Le negó tres veces.

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* y que se reza el tercer domingo de cada mes, en latín, en todos los centros del opus dei.



(Fragmento de una conversación en Rayos y Truenos)

22 comentarios:

E. G-Máiquez dijo...

Algo me dice que este comentario va a provocar un cruce de espadas electrónicas de lo más interesante... Y yo mañana tengo que pasarme el día fuera. Llegaré muy tarde, pero espero que a tiempo de batirme con las huestes de la Guardia Suiza.
Ánimo, que es la lucha por todo.

Juan Ignacio dijo...

Primero agarro la frase que me gustó: ...ese esfuerzo de la teología por pasar de una posición de poder a ser un servicio al hombre...

No sé si es precisa, no me convence, debería consultar a alguien que sepa. Pero pone en claro una cosa: hubo una evolución.

El hombre (y por lo tanto la Iglesia) evolucionaron.

Antes se hablaba y se escribía como Atanasio (y lo hacían sólo algunos; y para algunos, que era la gente de antes). El mundo evolucionó.

Juzgar eso con la moralidad de ahora es irresponsable. (Ojo, ya han empezado, ya han llegado hasta la Conquista de América y pronto llegarán a los romanos o al mismo hombre de cromañón; condenando a todos más que lo que Atanasio pareciera hacerlo).

Ese esfuerzo por cambiar es posible gracias a un proceso que comienza con el Cisma de Lutero.

¿No habrá sido posible por la evolución misma del hombre? Pido que por lo menos se diga que la Reforma no fue condición suficiente.

¿No se hubiera cambiado de todos modos, y de otra forma, sin la Reforma? Pido que por lo menos no se considere a la Reforma condición sine qua non.

(Esto último sirve a la hora de proponernos futuras formas de "cambio", que lo que ya pasó, ya pasó, y fue previsto por Dios; Dios nos dio la posibilidad de errar y de errores como la Reforma sacar cosas buenas).

Por último, y aclarando que no pertenezco ni defiendo al Opus Dei, debo decir que no veo raro que se puedan leer cosas como las de Atanasio. Porque hoy mismo se dice que la salvación está en la fe en Jesucristo, más no se da por condenado a quien no cree en él (la Iglesia proclama santos, no condenados; y el texto que has puesto de Ratzinger es genial).

Se leen hoy también textos del Antiguo Testamento en donde la imagen de Dios no es plena cual la conocemos después de Jesucristo; sucesos en donde Dios, por ejemplo, castiga; y eso convive con la moderna teología que lo explica con otras palabras.

Lo cual no quita que pueda haber errores en Atanasio, Opus Dei y etc. Yo sólo quiero que no cierren la puerta a esas posibilidades.

Y a dormir se ha dicho (esto va para mí).

Anónimo dijo...

Un bravo por Juan Ignacio.
beades, me gusta lo que dices, lástima que luego tengas que ser tú mismo otra vez y comentar la chorrada sobre el opus. Y no sé si quiera si debía yo comentarlo, porque estoy muy cansada de esta cuestión. Siempre lo mismo...

Anónimo dijo...

¡Hola amiguetes! Es mi segunda incursión en el blog, por el que felicito calurosamente a Jesús. Qué derroche de talento, en el dueño y en los participantes.
Por mi parte, me parece en general muy acertado, y siempre interesante, todo lo que se mastica en la conversación.
De acuerdo con Beades. Diría incluso, si sobre eso se puede arriesgar un juicio, que Lutero tiene más posibilidades de haberse salvado que alguno de sus pontífices coetáneos. Al menos, nunca dejaría de preocuparse por ello (lo cual me recuerda ese soneto del fariseo y el publicano).
Para terminar, y a propósito de otra de las entradas que sobre esto mismo aparecieron en "Rayos y Truenos" y que tampoco he podido dejar de visitar, recuerdo el cierre de aquel poema de A. Machado: "Y que Felipe austero,/ al borde de su regia sepultura, /asome a ver la nueva arquitectura, /y bendiga la prole de Lutero". No debía de estar pensando en lo mismo que nosotros, pero por si sí.
Dese Perú, saludos mil.

Breo Tosar dijo...

Amigo, muy buena la cita de Chesterton. Por cierto, ahora que está de moda el tema, ¿de qué conoces el Opus Dei? Yo estudié en un colegio de la Obra, y uno de mis profes fue el mismo Satur...

Jesús Beades dijo...

Con las huestes de la Guardia Suiza podrás batirte, Enrique, pues te haré un sitio a mi lado en cuanto llegues a casa.

Amigo Juan Ignacio, entiendo tu discurrir. Lo importante para ti -tanto que lo pides- es dejar claro que la Reforma no fue buena, que no fue necesaria. Atribuirle el cambio a mejor a cosa tan abstracta como "la evolución". Término prestado de la biología, y que es un tanto equívoco, por impersonal. La honestidad que aprecio, que necesitamos, es la que nos lleva a querer ver la verdad de las cosas, estando dispuesto a pisotear si haciera falta nuestros apriorismos, nuestras "convicciones". No se puede esclarecer la realidad, si, como condición previa, queremos poner a salvo cierta ropa, y sólo luego nadar. ¿Deseamos conocer la verdad? ¿O que los hechos demuestren que estamos en la verdad?

Si a la Reforma la llamas error, has de decir de quién es el error. ¿Quién provocó la Reforma? He aquí el quid. Pondré un ejemplo de la reciente Historia de España: ¿Quién provocó la Guerra del 36? ¿Franco, que se levantó una mañana con ganas, y se dijo: "Pos va ser que voy a montarla"? ¿O el Psoe y la Ezquerra dando el paseíllo a todo quisque, poniendo y dejando poner bombas, alzándose contra la República en el 34 porque no ganaron los suyos, pasándose por la piedra a las monjas, empalando obispos, llamando a la revolución? Es el mismo razonamiento. Alejandro Martín ya apuntó la idea, en la conversación original: si la Iglesia hubiera reformado, no tendría que haber venido un fanático como Lutero a montar el lío.

El problema de explicar la Historia es que procedemos al revés del orden temporal: explicamos las consecuencias juzgando las causas, y de ahí inferimos los motivos; y claro, hablamos como si "lo que de hecho ocurrió", que es cognoscible, fuera "lo que tenía que ocurrir", fantasma inaccesible.

Adaldrida, si lo del opus te parece una chorrada, habrás de decirnos por qué. No se vayan a ofender los del opus, sin motivo. Mi referencia era para ilustrar que esas devociones no son arqueología litúrgica, sino que hay grupos en el catolicismo que aún se inspiran en ellas. Por ejemplo: el Psalmo II, tan pacifista, que rezan los martes los fieles de la prelatura. La elección de textos (y exclusión de otros), dice mucho de un espíritu. En un centro del opus me previnieron contra la lectura del Cantar de los Cantares, porque podía afectar "a mi pureza" (sic). Y los kikos (Camino Neocatecumenal), gustan de leer aquello de San Pablo: "mujeres, obedeced a vuestros maridos". A mí, por ejemplo, me gusta mucho eso de: "porque comía con publicanos y pecadores".

Grandísimo Prendes ¡Qué bueno que te asomes por aquí! Tu apunte sobre la salvación de Martín Lutero me ha hecho carcajearme, a una hora todavía somnolienta para mí. y los versillos finales, tan a cuento. ¡Vente para España, ahora que todavía existe!

Jesús Beades dijo...

Amigo Breo, te remito a mi dirección de correo (en profile), para tratar asuntos personales.

¡Satur Presidente!

Anónimo dijo...

Me parece cansino andar siempre con lo mismo, no más. Y gente tonta hay en to los laos. Y me parece, gran B., que antes de que te calles
"el sol se teñiría de gris plomo"
Y eso es bueno y es malo. Y me parece que te encanta ser el publicano de la parábola.

Jesús Beades dijo...

Si es cansino, no hables de ello, mi Buenadaldrida, que es voluntario.

Desde luego, " gente tonta hay en to los laos" es una frasecilla que lo mismo sirve para el opus que para la oficina del INEM.

¿Y qué pasa con el publicano de la parábola? ¿Acaso no lo pone Cristo como (buen) ejemplo?

Juan Ignacio dijo...

Jesús, me has interpretado tanto que temo que en realidad hayan sido las intenciones que tu dices las que me han movido, sin yo siquiera saberlo. Te lo acepto como una posibilidad, pero no lo creo.

Pero reitero lo que quise decir, tratando de ser más claro. Y tomo nuevamente la frase:

Ese esfuerzo de la teología por pasar de una posición de poder a ser un servicio al hombre es posible gracias a un proceso que comienza con el Cisma de Lutero

Y digo: ¿podrá ser? Sea como sea, no ha de haber sido la única causa que ha ayudado a un cambio de la Teología. Ni es la de hacer cismas la forma correcta en que deberíamos intentar futuros cambios. (Por supuesto, lo que sucedió, sucedió y bendigo que hayamos obtenido de mal bien).

No quiero salvar a nada ni a nadie, sino sólo discernir bien. No quiero decir que la Iglesia no se equivocó, ni nada. Quiero que eso quede claro.

Si digo que la Reforma fue mala fue porque fue un cisma. Este es el riesgo o la necesidad de analizar abstractamente algo. De un cisma en la Iglesia, no nos queda otra que decir es malo, porque Dios quiere la unidad de sus testigos.

Si ese mal permitió que de ahí salga bien, pues me alegro por ese bien que se sacó. Si el autor de ese mal está justificado, es una posibilidad pero es otra cosa.

Pero no puedo postular: "La Reforma fue buena". Porque lo legitimaría como medio para obtener fines buenos, legitimaría a los cismas (con todas sus cosas malas) para obtener cambios. Y el fin no justifica los medios.

Creo que parte de la discusión viene por ahí o, mejor dicho, yo la agarré por ahí.

E. G-Máiquez dijo...

Efectivamente, he llegado tarde y tan cansado que no creo que sea de mucha ayuda a la Guardia Suiza. Pero sí a tiempo de reafirmar que mi puesto está junto a ellos. En Roma, junto al Papa, vestido con alegres colores, como de bufón, pero muy en serio.
Seguiremos...

Anónimo dijo...

La Guardia Suiza es un venerable cuerpo que se batió por el Papa no contra reformadores, sino contra un peligro mayor: los césares (llámense Carlos V o Vittorio Emanuele II).
Su imagen y razón de ser también a mí me engüelfan, la verdad.

Anónimo dijo...

"En mi opinion las religiones estan creadas para el control. Yo no obedezco a ninguna de ellas tan solo a mi propio criterio racional. Pienso que Dios no tiene religion"...,

...asi respondia a mi preguna sobre cual es su iglesia/, aquella señora anciana en el comedor de su casa.

A poco que piensas asi?, pregunte' a Jean, -propietaria de la casa.

Podrias decirme, en tu opinion, quien es Jesucristo? Mientras que la señora dejaba su taza de te en el plato, comentaba: Jesucristo fue un buen hombre.

Ya entiendo, (me acorde' de Lutero). Por favor hablemos de otro tema, insistia Jean, no me gusta hablar de religion. Mi tio era pastor metodista. Siempre pense' que hablaba de manera impersonal.

Pues bien , hablemos de otros temas. No me parece mal. Yo soy catolico, ya me disculpe...

La guardia Suiza? Atanasio? El Opus? Roma? Me suena a mil maravillas porque van llenos de color, de azul profundo en el cielo, de azahar, de relativismo bueno del que sabe que hay verdad, de vida, de compañia, de famila y de amigos, y no acabaria...

Anónimo dijo...

¿De fe?

Jesús Beades dijo...

Señor Mora-Fandos:

Es un alivio que no vea usted ningún problema con el Cantar de los Cantares.

Desde luego, según su reflexión, ante la lectura no soy sabio. Lo cual no me inquieta (aunque, si puedo ser sabio, no me perdonará usted que no lo sea) teniendo en cuenta la interpretación utilitarista que da de la lectura. ¡Las cosas por sí mismas, hombre, no como un instrumento -siempre- para otra cosa! No cree en las lecturas por placer; pues triste credo.

Le daré una respuesta escatológica:

Bendito sea el placer. —Amado sea el placer. —Santificado sea el placer... ¡Glorificado sea el placer!

Aunque quizá no estamos muy lejos en los planteamientos, pues estoy muy de acuerdo con usted cuando dice (en su blog): "la vida no da para profesionalizar muchas cosas (¿y para qué? más vale un puñadillo de buenas aficiones que un pluriempleo descuartizador)." Esa visión, Chestertoniana por cierto, corrije bastante su comentario utilitario.

El comentario sobre el quicumque (muy de pasada, por cierto), en mi entrada original, era para ilustrar la importancia relativa de las formulaciones teológicas, para mostrar que la brecha, el cisma, tiene solución. Pero nada, parece como si lo más importante fuera el opus. Es curioso: ante una expresión como "prepotencia papal" nadie entra al trapo, salvo la colorista y entrañable alusión a la Guardia Suiza. Pero se menciona una costumbre del opus, e inmediatamente aparece alguien en su defensa.

Pero si hay apetencia en el blog de debatir sobre el opusdei, adelante; nos lo vamos a pasar bien.

Jesús Beades dijo...

Por cierto, una curiosidad del calendario: la fecha de estreno mundial de El Código Da Vinci (la película) es el 17 de mayo. ¿Tendrán mala leche los de Sony?

Anónimo dijo...

Se le va a usted la cabeza, señor Beades. Si a la hora de argumentar se limitara simplemente a exponer sus ideas y no a intentar convencer de que es usted el que está en posesión de la verdad, seguro que sería más agradable leer su blog. Un saludo.

Jesús Beades dijo...

Señor Sampaio,

en una discusión, argumentar significa dar motivos razonados para convencer al interlocutor de la verdad que uno ve. Uno intenta convercelo porque piensa que supone un bien doble: por sí mismo, para que la verdad resplandezca, y para el otro, para que también goce de ella. Eso no quita para que uno pueda estar equivocado. Pero una opinión, si es menos que esto, no es nada: palabras que se sueltan sin convicción ni interés ninguno. Hoy día hay una alergia ambiental a discrepar, pues parece una falta de gusto no estar de acuerdo con todos, sonreir y todos tan felices.

Además pienso que en las discusiones en las que de verdad se debaten ideas, es decir, intentando demostrar por qué tiene uno razón en vez del interlocutor, surgen luces nuevas y claves para entender la realidad. Es una experiencia enriquecedora. A lo mejor lo que no le gusta es mi estilo, lo que es muy comprensible. En parte este blog sirve para pulirlo, y, por la parte que le toca, se lo agradezco.

Lo que me recuerda que debo recordarle que no ha comentado usted nada concreto. "Sólo las cosas concretas y tangibles son agradables. La vaguedad es nefasta" (Josep Pla)

Y si no le agrada el blog, no lo lea. ¡Será por sitios en interné!

Juan Ignacio dijo...

A pesar de que hemos discrepado, en esto último creo que estoy de acuerdo con Jesús.

Lo que aclara él es un gran punto. Me hace acordar a una expresión que refleja muy bien la moderna actitud de aversión a la discusión: "hoy es pecado estar convencido de algo".

No es así.

Basta con no imponer, con no actuar por la fuerza para que el otro piense como yo (si lo quieres más profundo, amor resume todo).

Pero si eso está, bienvenida la seguridad, bienvenidos los tipos convencidos (que no quiere decir que no sepan escuchar y cambiar de opiniòn si se dieran cuenta que erran). Convencido no es cabezadura.

Digo más. El no estar convencido hoy se disfraza de respeto, de humildad.

Falso respeto, falsa humildad. Quien se preocupa por el otro tiene actitudes más parecidas a las que plantea Jesús. Y busca el bien del otro involucrándose con él.

Del blog de Hernán González me traigo un magnífico fragmento de Unamuno y su "Vida de Don Quijote..." (y perdón por la extensión):

Te denuestan, pueblo mío, porque dicen que fuiste a imponer tu fe a tajo y mandoble, y lo triste es que no fue del todo así, sino que ibas también, y muy principalmente, a arrancar oro a los que lo acumularon; ibas a robar.
Si sólo hubieras ido a imponer tu fe...

Me revuelvo contra el que viene, tizona en la diestra y en la otra libro, a querer salvarme el alma a pesar mío, pero al cabo se cuida de mí y soy para él un hombre; más para aquel que no viene sino a sacar los ochavos engañándome con baratijas y chucherías, para éste no paso de ser un cliente, un parroquiano o vecero.
Hoy se da en ponderar esto y pedir una socíedad en que en puro policía no pueda hacerse daño, y acabemos por que nadie obre mal, aunque nadie sienta bien tampoco. Qué horrible condición de vida! Qué pesadumbre bajo la verdura sosegada! Qué quieto lago de ponzoñosas aguas!

No, no, y mil veces no! Dios nos
dé antes un mundo en que todos sientan bien, aunque todos obren daño; en que los hombres se golpeen en la ceguera del cariño, y en que suframos todos en silencio por el mal que nos vemos arrastrados a infligir a los demás. Sé generoso y arremete a tu hermano; dale de tu espíritu aunque sea golpes.

Hay algo mas intimo que eso que llamamos moral, y no es sino la jurisprudencia que escapa a la policía; hay algo más hondo que el Decálogo, que es una tabla de la ley, ¡tabla, tabla, y de ley!: hay un espíritu de amor.

Me diréis que no cabe sentir bien sin obrar bien, y que las buenas acciones brotan, como de su fuente, de los buenos sentimientos, y sólo de ellos.

Pero yo os contestaré, con Pablo de Tarso, que no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero hago, y os añadiré que el ángel que en nosotros duerme suele despertar cuando la bestia le arrastra, y al despertar llora su esclavitud y su desgracia.

¡Cuántos buenos sentimientos brotan de malas acciones a que la bestia nos precipita!

Anónimo dijo...

Venerado Juan Luis de Soria
No te imaginas la alegria q me ha dado en este sencillo viernes del mes de mayo del dosmilseis entrar entrar a bichear en tu blog via rocio aranay comprobar ,despues de leer lo de Reforma y contrarreforma ,que sigues siendo uno de los polemistas mas arduos del panorama psicolirico,sinceramente QUE ARTE TIENES!!,Me he descojonado contigo esta mañana,estas completamente loco...
No voy a entrar en opinar respecto a tus opiniones documentadas del temita,no por nada,es que a mi con esas cosas se me va el santo al cielo,pero decirte que me entusiasma saber que sigues teniendo esa actitud religiosa de cuestionar hasta lo q parece incuestionable,al fin y al cabo el sustantivo "RELIGION" proviene del verbo RELIGAR,que no es otra cosa que atar cabos ,y en ese sentido creo, desde que te conozco q siempre estas atando cabos en tu peculiar ontologia particular,y eso es lo que me parece mas brillante,tu necesidad de discurso religioso .
Por cierto,ayer Ale y yo nos acordamos de ti en el concierto de Nadjwa Nimri en la cartuja,que por cierto fue espectacular...

Jesús Beades dijo...

Pues menos acordarse, y más llamar por teléfono e invitar.

Eso de atar cabos me dará para un post.

Anónimo dijo...

Hi! Just want to say what a nice site. Bye, see you soon.
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