3 de marzo de 2008
Chesil Beach
Aparcando, por poco tiempo, los ladridos de Bloy (los Diarios, quiero decir), abro el último de McEwan. Lo irremediable. El tema de sus libros es lo irremediable, las consecuencias irredimibles de nuestros actos, irredimibles por nosotros (sólo Otro puede, aunque esto lo añado yo). Si han visto la peli "Expiación", o leido la novela, entenderán. Ese es el tema, pero su pericia, su característica como autor, es el fluido análisis psicológico, la exposición de los motivos anímicos del protagonista (o protagonistas, dos, como en Chesil Beach). A veces su realismo, mejor dicho, su puntería, da miedo. "Cómo me conoce". La forma de escribir sobre el enamoramiento, mezclando todo (capricho, gusto, espíritu, carne, anécdota), es decir, como es en la vida, no tiene parangón. (Curiosa palabra Parangón, como medicamento de posguerra). Y la forma de narrar lo sexual-erótico, muy superior a Auster. Y haber escrito esas cuatro última palabras es el mayor elogio que puedo hacerle.
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1 comentario:
Te gustará esta reseña del NYT. Un abrazo.
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