Tal y como lo hemos conocido en mi generación -no sé cómo ha sido en otra o en otro siglo- la ruptura de un noviazgo es como un divorcio. Un mini-divorcio, quizá, pues no es lo mismo haber construido un hogar, o haber tenido hijos, que haberse juntado un tiempo sin unirse del todo. Pero hay de hecho una separación traumática de tejidos, un reparto de bienes (cada uno sabe cuáles, qué recuerdos), y se empaquetan y guardan ciertos objetos. "¿Te acuerdas de aquel día...?" (te vuelves, pero el otro ya no está).
Y la pregunta, flotando en el ambiente como una broma de mal gusto: Todo esto ¿a dónde va? Cuando un amor se muere ¿quién le llora? El ubi sunt? es el mismo. Los paganos le preguntaban, retóricos, al Destino. Y su Destino, igual que nuestro Dios, no contestaba.
6 comentarios:
Joder, que triste me he quedado.
Buendía, país de nunca jamás.
joder, anda que no!
Hagamos una pirueta de optimismo patológico: lo bueno de eso es que entonces el divorcio ya está experimentado. Una vez casados, no hay por qué repetirlo. La novedad ahora será la resistencia, ¿no?
Estoy de acuerdo con Enrique, en el desorden de nuestras vidas, debemos intentar buscar un cierto equilibrio, y saber cómo, por qué y de qué manera hacemos las cosas. El noviazgo esta para saber, para conocer, para descubrir no sólo si el otro es idóneo para nosotros, si no para saber si uno mismo es perfecto para darse.
Nos engañamos, pienso, cuando creemos que nuestro cometido es hacer feliz al otro, porque a veces esto mismo no estará en nunestras manos, pero el casado se compromete a estar, a acompañar y a pelear incluso cuando el esposo o esposa no me guste, no este bien, no sea feliz.
Es bueno que uno descubra de novios que no quiere ser del otro para siempre, y así no cometer el fraude ante el altar, ante Dios y ante los hombres. Sí, mini-divorcio, pero uno aprende a buscar dónde se debe buscar y a luchar dónde se debe luchar, no donde se sabe donde esta la Victoria.
Esta Clara ha dado una buena contraseña.
De acuerdo con Clara, mejor romper el noviazgo -aunque duela; a veces hacer lo que es bueno, duele- que entrar en el matrimonio con esas grandes dudas que nunca se van a aclarar. Un saludo
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