12 de enero de 2011
Pasos sobre el puente de Brooklyn
En Fantasmas, segunda pieza de la Trilogía de Nueva York de Paul Auster, el protagonista cruza a pie el puente de Brooklyn, recordando la última vez que lo hizo, con su padre, de pequeño. Mientras va recordando el tráfico "como el zumbido de un enorme enjambre de abejas", yo recuerdo nuestros pasos por el mismo puente, la mañana limpia, el vendedor pakistaní de agua, las ciclistas y mi esposa, y mi cámara de fotos. Hay una trama que une los pasos del protagonista de Fantasmas, los pasos de Auster volviendo a su casa en Brooklyn, los de los jóvenes esposos con su cámara de fotos. Una trama de pasos que forman un camino, que va y viene de aquella mañana clara de verano, a esta mañana clara del invierno. Un camino que se extiende cuando abro Fantasmas, que continuará cuando volvamos a Brooklyn, y que no sé a dónde lleva.
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2 comentarios:
Infinito es el andar
Uno nunca llega
Cada paso que se da
Ahí nomás ya es huella
(Ajeno).
Saludos.
Con tu esposa y tu hijo, aunque aún no sabiamos que era hijo y ahora tiene nombre y sabe hasta nombrar las cosas, y repite nunca, nunca, nunca. Que ese nunca, sea el nunca a la Mentira.
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