
Ya hemos vuelto de la Meca. Hemos tocado la piedra sagrada. No sin haberlo merecido tras una purificación por el agua: nos estuvo lloviendo encima como en una prueba de Humor Amarillo, con momentos grotescos (desaguaban el toldo del escenario, y nosotros, en primera fila, recibíamos la tromba). ¡Primera fila! Aquí tenéis la prueba –muda, no sabía que la camarita de fotos no recogía audio– de nuestra heroica posición.
Lo que significó para nosotros no podemos narrarlo. Que lo hagan las imágenes que iré colgando, porque hay que cosas que el teclado no puede, no debe escribir.