
El amplio concepto actual de "diseño" llega, a través de la llamada "ergonomía", a unir lo útil y lo hermoso. Pero no nos equivoquemos: el furor omnipresente por el diseño no es materialismo. Nunca ha habido una época más espiritualista que ésta, cuando un objeto (un Ipod, un coche, un electrodoméstico de cocina), pretende -y consigue- transmitir un espíritu, una imagen, una calidez, una sólida presencia. No son meros objetos, son objetos totémicos, ante cuyo contacto sentimos una pertenencia a un mundo más hermoso, con más estilo, más amable y domesticado. Debo este pensamiento a mi buen amigo Rafa Bellón. Aunque hace años que leí, en los aforimos de Leonardo da Vinci, esta máxima: "Como en los caballos y los hombres, el ideal es unir lo útil y lo hermoso".
