22 de agosto de 2006
Oi una voz en la duermevela...
Carpe Diem. Aprovecha, ahora que tienes tus amigos cerca. Llénate de sus voces, recréate en la conversación. Atesora el grano para el invierno duro, como sugería Rocío Arana (a sí misma) en un poema. Mira, piensa, haz música y compártela. No sabes si mañana estarás solo, sin tener con quien hablar de lo más íntimo; aunque ese mañana sea dentro de quince años. Entonces vivirás, en parte, de lo que hoy tienes. Y no desaproveches a los menos cercanos, cultiva su amistad, que también será valiosa. No caigas en el error de pensar que es corriente la amistad que disfrutas, porque es un impagable don. Cada minuto cuenta. Carpe Diem.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
La entrada está estupenda, pero mira, Beades, tú nunca estarás solo.
Este tremendo texto está para apuntarlo en una hojita, meterlo en la cartera, tenerlo siempre cerca y releerlo ante el desánimo o, antes de que llegue, en la cola de la charcutería, en un atasco, tumbado junto al mar... Si valoras tus tesoros, los mereces. Y qué tesoro, Enrique, el de creer que la soledad total no existe. Enhorabuena.
Gracias por citarme: Como dice Pablo, nunca estaremos solos...
Publicar un comentario