Nota bio-bibliográfica

14 de diciembre de 2007

Velas de Adviento


Primera vela
"En cuanto haya terminado la carrera, todo irá rodado..." "Ahora estamos un poco apretados con la mudanza, pero después..." "A ver si la niña aprueba las oposiciones, y entonces..." "Me compraré la moto, con lo que tengo ahorrado, y ya podré moverme como necesito..." "Es que lo que me hace falta, como el comer, es un flash para la cámara". "Quién tuviera una Stratocaster americana..."
Segunda vela
Siempre esperamos algo. Sea cual sea nuestra propiedad, nuestra situación, nuestra vida, siempre es el antecedente de lo esperado, el hueco exacto de lo que no está, y vemos la llegado de "eso" como un luminoso y dorado y feliz descendimiento, que conseguirá lo que decía ese hemistiquio de Carmelo Guillén: no echar de menos nada.
Tercera vela
Se acerca la Navidad, y vamos amontonando paquetes de Ipods, cajas de Nintendos, bolsas con camisas, sonrientes muñecos con pilas recargables, y arrastramos todo hacia algún sitio. Movemos nuestra mercancía, añadiendo siempre un detalle más, una refulgente novedad, a nuestra pesada carga. Pensamos que esa pieza es siempre la última del puzzle.
Cuarta vela
Para oir cierta voz, hace falta silencio. Para ver cierta estrella, hace falta la noche. Para adorar de rodillas, hace falta, por un momento al menos, olvidarnos de todo lo que está en nuestras manos, y abrir esas manos para recibirlo todo.
Se apagarán las luces de neón, las pantallas de plasma, y el viento de Judea arrastrará las ramas muertas. Y quizá nos pongamos en camino, ligeros de equipaje, dracmas perdidas de carne y hueso que cobran vida y acuden a ser encontradas.

(Dedicado a Adaldrida, que cumple años este domingo)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La asociación de Beades-adictos celebra tu vuelta y que, a pesar que de tu nueva faceta de fotógrafo te haya robado mucho tiempo, tu pluma siga en forma.

Anónimo dijo...

"a pesar de que", sorry.

Anónimo dijo...

Vivaaa, Beades ha vuelto! Hurra! GRACIAS!!! ME ENCAAANTA!!!
Lo único, esperar siempre algo me parece la quintaesencia del ser humano. No esperar nada es como el Nirvana, y no aspiro yo a ese Nirvana... Los niños, que se supone que son los preferidos de Jesús ("si no os hacéis como niños"...), siempre andan pidiendo regalos. Y les hace ilusión los regalos. Así quiero ser yo siempre.

Adaldrida dijo...

La cuarta vela es preciosa