Un comentarista anónimo, que para más humildad me pide que no le publique el último comentario, me decía un par de entradas más abajo que le "había picado el gusanillo" con el blogg, y que iba a encargar mis libros. Ahora me escribe elogiándome poemas concretos, con detalles concretos (que es como de verdad acierta el elogio), subiéndome "la moral hasta las galaxias"
-Expresión, ésta última, que utilizó Miguel d'Ors en una dedicatoria autógrafa que me hizo de un libro suyo.
Pero lo mejor, lo mejorcito, es el poema suyo que me regala a cambio. Lástima de humildad. Me gustaría mucho ponerlo aquí, y sugerirle un pequeño cambio. Pero respeto su petición, que, si no, no me llegarán más anónimos tan alentadores.
(Pero los comentaristas podrían jalearle, y siempre se salvaría su anonimato si me escribe por iméil a jesusbeades@yahoo.es)
6 comentarios:
Efectivamente, cuando alguien comenta alguno de mis poemas me gusta que destaquen detalles concretos. Siempre hay, en la mayoría de los poemas, un verso que los justifica.
En cuanto a tu amigo anónimo, si entra por aquí, me gustaría decirle que la humildad (siempre cosa de agradecer, por otra parte) es en muchas ocasiones una trampa. Yo me quedo con el gusanillo de leer ese poema suyo. Me gustaría, y le pediría, que reconsiderara su decisión. Su humildad no se vería dañada. Cuando la humildad es sincera (y éste parece ser el caso) siempre queda a salvo.
Un abrazo.
Pues nada, animemos al anónimo a que se "desanonimice" y nos regale ese poema que la ha gustado tanto al dueño de este blog. Con un padrino como este, no hay nada que temer.
Jo, pos vaya...
Quillo, Suli, pareces un francotirador en la foto...
ay Dios mío, el ego poético... ningún poeta se libra.
Lo siento por lo de "picar el gusanillo",jajaja. Vale es entrar el gusanillo o picar la curiosidad, ya ves se me cruzaron las frases. Me ruborizo de pensarlo. Te escribiré un correo en cuanto tenga algo de tiempo. Si te hace ilusión publica en tu blog el poema, eso sí, con esa corrección. Me llamo Santiago.
Bueno, yo ando buscando por mi casa un libro de poesía que gentilmente me regalaste en la Casa del Libro porque me apetecía escribir una entrada sobre tus poemas y resulta que como no encuentro el libro y el elogio, como tú dices, debe ser concreto, sólo elogiaré el poema de la castidad, que es el que mejor recuerdo.
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